Pocas palabras tan cortas encierran tanto significado: la fe.
Normalmente acudimos a un diccionario cuando queremos conocer la definición de un término, pero en este caso para definir la fe no hay nada ni nadie con más autoridad que la propia Biblia. Es la razón por la que vamos a explicar la fe desde un versículo bíblico que de forma magistral la define en toda su anchura y profundidad.
Ahora bien, fe es la realidad de lo que esperamos. Es la prueba palpable de lo que no podemos ver.
Hebreos 11:1
PDT (Palabra de Dios para todos).A muchos les sorprenderá que la fe se defina en la Biblia como algo totalmente seguro, afianzado, basado en algo sólido. Probablemente les sorprenda porque son muchas las personas que consideran que la fe es una mera ilusión, un sentimiento o incluso una emoción.
Pero nada más lejos de la realidad, ya que la Biblia la define como una esperanza sólida y segura, incluso una prueba palpable de cosas que no podemos ver.
¿Es posible que podamos estar seguros de la existencia o de la función de algo o alguien si ni siquiera podemos verlo? Un ejemplo nos ayudará a responder a esta cuestión: no podemos ver el viento pero sí podemos ver los efectos que produce. Podemos observar cómo mueve las hojas de los árboles o sentir cómo acaricia nuestra piel. Otro ejemplo: nadie se atrevería a negar la existencia de la gravedad simplemente porque no la ve, ya que constantemente percibe sus efectos.
Por lo tanto nadie en su sano juicio negaría la existencia del viento simplemente porque no lo vea. Tiene la certeza sólida… tiene la fe en que realmente el viento existe porque observa sus consecuencias, sus efectos en los demás.
Lo mismo sucede con la fe religiosa. Estamos totalmente seguros de que Dios existe porque vemos la Creación. Una mente lógica nunca llegaría a la conclusión de que un diseño complejo como una casa o un móvil surgen por azar, sino que hay una mente inteligente detrás que lo ha concebido e ideado. Por lo tanto, al observar la Tierra, los seres vivos, el espacio exterior… nada es simple. Todo es infinítamente complejo, desde una simple célula hasta la sincronía entre los sistemas planetarios. Indudablemente Dios lo ha diseñado y creado.
¿Para qué necesitamos la fe?
El humano es una obra maestra de la Creación. Todo en nuestro cuerpo y mente está diseñado desde la sabiduría de Dios. Cuando meditamos en los detalles nos damos cuenta de que esa creación no solo revela inteligencia suprema por parte de se Diseñador. Además indica que lo ha hecho con amor, con cariño, buscando nuestra felicidad.
Hablamos de nuestra felicidad porque aquí es donde radica la necesidad de la fe. Necesitamos fe porque estamos diseñados con necesidades espirituales. Al igual que tenemos la necesidad de respirar, de comer y de dormir, tenemos una necesidad espiritual que debemos satisfacer.
Afortunados los que reconocen su necesidad espiritual, porque el reino de Dios les pertenece.
Mateo 5:3
Palabra de Dios para Todos (PDT).¿Podemos existir y vivir sin fe? Por supuesto. Igual que una calesa puede ser preciosa y muy valiosa, pero si no tiene unos caballos que la impulsen y le den rumbo, de nada sirve. Así que podemos vivir sin fe, pero es una vida sin rumbo, sin significado profundo, sin que nos integremos en el propósito de Dios para nosotros. Por lo tanto una vida sin rumbo, sin propósito, sin sentido: nacer, crecer, envejecer y morir, sin más.
¿Cómo afecta a nuestra vida tener fe?
Cuando tenemos fe, nuestras decisiones se basan en esa fe. Pondremos un ejemplo. Si un viajero del Titanic supiera que ese barco terminaría en el fondo del mar, no habría embarcado por muy bonito y novedoso que fuera.
Así funciona la fe. Cuando tenemos fe en lo que la Biblia enseña, en lo que Dios promete para los que le son leales, nuestras decisiones giran en torno a eso. Un ejemplo práctico: una persona con fe en lo que Dios nos enseña sobre nuestra felicidad (Mateo 6), no va a enfocar su vida en adquirir posesiones materiales, dinero, prestigio, fama… sino que se centrará en satisfacer su necesidad espiritual, en centrar sus esfuerzos en cultivar mejores relaciones con los demás, en desplegar cualidades que Dios nos enseña, como el amor (1 Corintios 13), en conocer mejor la personalidad de su Dios (estudiando la Biblia más a fondo) para comprender cuál es el papel que desempeñamos en la soberanía de Dios. Además descubrirá que la Biblia ofrece pruebas sólidas sobre un futuro en el que no habrá maldad ni egoísmo en la humanidad, por lo que sus deseos girarán en torno a esa fe.
La fe nos hace más felices, nos evita problemas, le da sentido a nuestra vida y lo que es más importante: nos acerca a nuestro amoroso Padre y Dios: Jehová.
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